Lo primero que debemos decir es que la ansiedad es un mecanismo natural y necesario. Nos ayuda en situaciones difíciles, de peligro o amenaza y por tanto, se trata de un mecanismo adaptativo que nos permite estar suficientemente activados y alerta frente determinados estímulos.
Sin embargo, este mecanismo, en ocasiones funciona de forma alterada creando malestar y sufrimiento que se mantiene en el tiempo, ya sea de forma intermitente o más bien continua.
En este caso estaríamos hablando de un trastorno de ansiedad. Cuando sufrimos un trastorno de ansiedad con frecuencia tenemos preocupaciones y miedos intensos, excesivos y repetidos sobre situaciones cotidianas.
Estos sentimientos de ansiedad y miedo interfieren en nuestra vida, son difíciles de controlar, son desproporcionados respecto al peligro real y pueden prolongarse durante periodos largos de tiempo. La consecuencia de esto suele ser que acabemos evitando ciertas situaciones, personas o lugares para no enfrentarnos al malestar que nos provoca estar en contacto con ello. Este hecho puede afectar a nuestras vidas de forma leve o circunstancial o de forma más grave o incapacitante en función de diversos factores.
La ansiedad tiene diversas formas de presentarse. Una de ellas son los llamados ataques de pánico, o crisis de angustia o ansiedad. Explicado de forma simple, se trata de un episodio breve y muy desagradable que la persona que los sufre, especialmente en las primeras ocasiones, puede vivir con miedo a morirse, a tener un ataque al corazón, o con miedo a perder el control y volverse loca. Nada de ello va a suceder, aunque la persona que lo sufre lo crea realmente.
La ansiedad se puede presentar también de forma generalizada. En este caso, la sintomatología es menos intensa pero más continua y persistente. La persona que la sufre tiene una preocupación de base por casi todas las cosas de su vida cotidiana. Se trata de una preocupación casi constante que nos resta capacidad de disfrute y bienestar.
La ansiedad se puede también manifestar con preocupaciones obsesivas, que en este caso se dirigen a asuntos o situaciones concretas como por ejemplo el miedo a sufrir alguna enfermedad grave, caso de la hipocondría, o miedo a exponerse socialmente o a hablar en público, en el caso de la fobia social.
También la ansiedad se puede presentar en forma de agorafobia o miedo a estar en lugares o situaciones en los que se percibe que va a ser difícil irse o en los que se uno se va a sentir atrapado.
Otra forma también habitual en la que se presenta la ansiedad es la de la fobia específica. Se trata de un miedo intenso y persistente a ciertos objetos, animales o situaciones concretas. Existen muchos tipos de fobias específicas, como por ejemplo fobia a volar, fobia a los perros, fobia a las agujas, fobia a la sangre, fobia a las alturas, fobia a los espacios cerrados, etc.
Existen todavía más formas de ansiedad, como la que puede producir un acontecimiento traumático que provoca lo que llamamos ansiedad por estrés postraumático, o el conocido trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
En cualquier caso, la buena noticia es que los trastornos de ansiedad, sea que se presenten de forma más leve o más grave, en forma más generalizada o más restringida, se pueden tratar con terapia psicológica, con o sin ayuda farmacológica.
Con una terapia psicológica adecuada, en la gran mayoría de casos, la ansiedad va a dejar de producir problemas graves de salud y dejará de ser tan molesta o incapacitante. Además en varios de estos casos, dependiendo de muchos factores (ambientales, genéticos, personalidad, tipo de trastorno ansioso…) la ansiedad patológica va a remitir completamente.
Sin embargo, nadie puede garantizar que en algunos casos no pueda volverse a repetir algún episodio de ansiedad más adelante y en función de los factores antes mencionados.
Ante esta posibilidad, los tratamientos que aplicamos en el Institut Català de l’Ansietat, tienen la finalidad, no solo de disminuir o suprimir la sintomatología del cliente, sino también de proveerle de herramientas que le permitan afrontar futuras situaciones de la vida de una manera más tranquila y satisfactoria.
Carles Rivera. Psicòleg.
Director de l’Institut Català de l’Ansietat